viernes, 27 de noviembre de 2015

El diario de Anna Frank

El diario de Anna Frank 
La vida en Alemania 
Ana Frank nace el 12 de junio 1929 en la ciudad alemana de Fráncfort del Meno, donde la familia de su padre lleva viviendo varias generaciones. Margot, hermana mayor de Ana, es tres años mayor que esta. La crisis económica, el surgimiento de Hitler y el creciente sentimiento antisemita en la sociedad ponen fin a la tranquila vida de la familia. Otto Frank y Edith, su esposa, deciden – como muchos otros judíos – dejar Alemania.

Una nueva vida en Ámsterdam 

Otto puede montar una empresa en Ámsterdam; la familia encuentra una vivienda en la plaza Merwedeplein. Las niñas van a la escuela, Otto trabaja duro en su fábrica y Edith se ocupa del gobierno del hogar. Cuando la amenaza de la guerra en Europa aumenta, Otto intenta emigrar con su familia a Inglaterra o a los Estados Unidos, pero dichos intentos fracasan. El 1 de septiembre de 1939, Alemania invade Polonia. Este es el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.


Él diario como la mejor amiga
   
Poco antes de tener que esconderse, Ana recibe un diario personal como regalo de cumpleaños, en el que comienza inmediatamente a escribir. Durante el periodo en que estuvo escondida, Ana escribe sobre lo que ocurre en la Casa de Atrás y sobre sí misma. El diario es un gran apoyo para Ana, quien también escribe en él cuentos cortos y colecciona citas de escritores en su «Libro de Frases Bonitas»
Cuando el ministro de educación neerlandés hace un llamamiento – a través de la radio inglesa – a conservar los diarios escritos durante la guerra, Ana decide elaborar el texto de su diario para convertirlo en una novela a la que llamará «La Casa de Atrás». Ana comienza con la reescritura, pero, antes de terminar es descubierta junto con los demás escondidos, y arrestada.
Arresto y deportación 
El 4 de agosto de 1944, los escondidos son arrestados, junto con los ayudantes Johannes Kleiman y Victor Kugler. Pasando por oficina central del Servicio de Seguridad alemán, la prisión y el campo transitorio de Westerbork [provincia de Drenthe, Países Bajos], los escondidos son deportados a Auschwitz. Los dos ayudantes antedichos son enviados al campo de Amersfoort [Países Bajos]. Johannes Kleiman es liberado poco después de su detención, Víctor Kugler consigue escapar del campo unos seis meses después de haber sido internado en él. Inmediatamente después de la detención, Miep Gies y Bep Voskuijl rescatan las hojas del diario de Ana, que han quedado en la Casa de Atrás. Pese a profundas investigaciones, hasta ahora no ha quedado claro cómo fue descubierto el escondite. 
Otro Frank regresa 
Otto Frank es el único de los ocho escondidos que sobrevive a la guerra. Durante su largo viaje de regreso a los Países Bajos es informado de que Edith, su esposa, ha muerto. Aún no sabe nada sobre sus hijas, y abriga esperanzas de poderlas volver a ver con vida. A principios de junio llega a Ámsterdam. Se dirige directamente a la casa de Jan y Miep Gies, con quienes vivirá durante siete años. Otto Frank intenta dar con sus hijas, pero, en el mes de julio, recibe la noticia de que ambas han muerto en el campo de concentración de Bergen-Belsen, a causa de enfermedades y penurias. Miep Gies le entrega entonces las hojas del diario de Ana. Otto lee el diario y encuentra en él a una Ana muy distinta de la que conocía. 

jueves, 26 de noviembre de 2015

LOS DULCEROS


Era el cumpleaños de Fabiola, y junto con su mamá había participado en la preparación de la fiesta. Armaron dulceros para regalar al final, prepararon la piñata y escribió a mano sus 24 invitaciones para sus compañeros de salón.
El día que repartió las invitaciones, le sobraron 2. Cuando su mamá le preguntó cuántos amigos ya estaban enterados de la fiesta ella respondió 22.
Llegó el día! Vinieron muchos amigos. La mamá quería contar cuántos chicos había pero no podía pues ellos estaban en movimiento todo el tiempo! Pensó que si contaba cuántos regalos había sabría exactamente cuántos invitados había en la fiesta.
Había 19 regalos, 1 carta y 2 dibujos. Por lo tanto los 22 amigos asistieron al cumpleaños.
Cuándo finalizó la fiesta, Fabiola preparó 24 dulceros para regalar a sus invitados. Se los repartió a cada uno a medida que sus padres venían a recogerlos.
Cuando se habían ido todos del cumpleaños, su mamá le pidió los 2 dulceros restantes, pero Fabiola tenía solo uno. Qué había pasado?  
Al día siguiente Fabiola asistió a clase como de costumbre. Todavía sus amigos comentaban la diversión que habían vivido en su cumpleaños. Todos reían recordando menos Marilú. Ella estaba seria, y apartada del grupo, mirando de reojo y a lo lejos.
Fabiola pensó que Marilú estaba ofendida porque no recogió muchos dulces cuando fue el tiempo de la piñata, entonces se acercó y le preguntó qué le pasaba?
Marilú se sonrojó. Se quitó la mochila que tenía colgada en la espalda, abrió el cierre, metió su mano en ella y sacó algo. Era un dulcero del cumpleaños de Fabiola!
Miró a Fabiola a los ojos y empezó a explicar:
‘Cuando tu repartías ayer los dulceros, a mí me diste dos veces y yo callé, pues consideré que tener dos dulceros era lo más justo después de no haber podido recoger tantos dulces de la piñata como los demás invitados.
Entonces me fui a casa acompañada de mi padre. En el auto él me contó que su jefe le había otorgado un aumento por ser una persona honrada.
-Qué quiere decir ser una persona honrada? le pregunté.
Él me explicó que ser honrado es respetar los bienes tuyos y los de los demás. No quedarte con cosas que no te pertenecen aunque tengas la oportunidad de que nadie se dé cuenta.
Enseguida me subió un calor por el cuerpo que me recalentó las orejas y las manos. Las mismas manos que sostenían con fuerza dos dulceros de tu cumpleaños.
Al llegar a casa le conté lo sucedido y entre lágrimas y sollozos le dije que yo quería ser una persona honrada como él, y que además no quería ser castigada. Qué vergüenza estaba sintiendo, era insoportable!
Mi padre tan solo dijo:
‘Ya sabes qué hacer si quieres ser una niña honrada’
Entonces guardé el dulcero que no me pertenecía, para traerlo a la escuela y devolvértelo. Aquí lo tienes’’
Los ojos de Fabiola se inundaron de lágrimas, pues estaba conmovida con la historia que Marilú le acaba de contar y aceptó el dulcero. No faltaba ni un solo dulce!
Al final de la historia Marilú demostró ser una niña honrada, y lejos de ser castigada, cuando la maestra se enteró de lo ocurrido le pidió permiso para contar su relato a toda la escuela y desde ese día Marilú fue una niña a la que todos quisieron imitar por su honradez.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

 Mi tema es de :  LOS PLANETAS                                                             AUTOR: HILARY


  1. MERCURIO
  2. TIERRA
  3. JÚPITER
  4. URANO
  5. VENUS
  6. MARTE
  7. SATURNO
  8. NEPTUNO                                                                                                                                        

Nuestro planeta es La Tierra. Junto a él existen otros siete planetas más, además de otros cuerpos que vamos a empezar a conocer. Un planeta es un cuerpo más o menos esférico que sigue una órbita en torno al Sol y que ha conseguido eliminar en esa órbita los otros objetos que pudieran haber estado desplazándose en ella o cerca de ella. 


Los planetas más cercanos al Sol. Entre ellos podemos ver al nuestro: La Tierra
Mercurio es muy pequeño y está lleno de agujeros,
y está tan cerca del Sol que todo se derrite
Venus, el brillante lucero del alba está incluso más caliente que Mercurio
La Tierra es nuestra casa, y es el único planeta que tiene vida

martes, 24 de noviembre de 2015

Todos somos diferentes

Animales

Cuenta una historia que varios animales decidieron abrir una escuela en el bosque. Se reunieron y empezaron a elegir las disciplinas que serían impartidas durante el curso.
El pájaro insistió en que la escuela tuviera un curso de vuelo. El pez, que la natación fuera también incluida en el currículo. La ardilla creía que la enseñanza de subir en perpendicular en los árboles era fundamental. El conejo quería, de todas formas, que la carrera fuera también incluida en el programa de disciplinas de la escuela.
Y así siguieron los demás animales, sin saber que cometían un gran error. Todas las sugerencias fueron consideradas y aprobadas. Era obligatorio que todos los animales practicasen todas las disciplinas.
Al día siguiente, empezaron a poner en práctica el programa de estudios. Al principio, el conejo salió magníficamente en la carrera; nadie corría con tanta velocidad como él.

Sin embargo, las dificultades y los problemas empezaron cuando el conejo se puso a aprender a volar. Lo pusieron en una rama de un árbol, y le ordenaron que saltara y volara.
El conejo saltó desde arriba, y el golpe fue tan grande que se rompió las dos piernas. No aprendió a volar y, además, no pudo seguir corriendo como antes.
Al pájaro, que volaba y volaba como nadie, le obligaron a excavar agujeros como a un topo, pero claro, no lo consiguió.
Por el inmenso esfuerzo que tuvo que hacer, acabó rompiendo su pico y sus alas, quedando muchos días sin poder volar. Todo por intentar hacer lo mismo que un topo.
La misma situación fue vivida por un pez, una ardilla y un perro que no pudieron volar, saliendo todos heridos. Al final, la escuela tuvo que cerrar sus puertas.
¿Y saben por qué? Porque los animales llegaron a la conclusión de que todos somos diferentes. Cada uno tiene sus virtudes y también sus debilidades.
Un gato jamás ladrará como un perro, o nadará como un pez. No podemos obligar a que los demás sean, piensen, y hagan algunas cosas como nosotros. Lo que vamos conseguir con eso es que ellos sufran por no conseguir hacer algo de igual manera que nosotros, y por no hacer lo que realmente les gusta.
Debemos respetar las opiniones de los demás, así como sus capacidades y limitaciones. Si alguien es distinto a nosotros, no quiere decir que él sea mejor ni peor que nosotros. Es apenas alguien diferente a quien debemos respetar.

Autor: Pablo Zevallos 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Las Olimpiadas de Videojuegos Mágicos



En Brujitolandia andaban muy preocupados. Los pequeños brujos y brujas estaban tan emocionados con la última ola de videojuegos, consolas y apps, que apenas atendían a sus clases de magia, y cada vez les importaban menos los conjuros y hechizos. Solo les preocupaba llegar a ser los mejores en sus juegos favoritos.

- Nadie lanza pájaros como yo -decían algunos.
- Soy el más grande jugando al fútbol - presumían otros.

Malbrujo, el director de la escuela, tuvo una idea:

- Al final del curso celebraremos las primeras Olimpiadas de Videojuegos Mágicos ¡Será un gran acontecimiento! Los alumnos podrán elegir entre hacer los exámenes o demostrar lo que saben hacer con los videojuegos.

Brujitos y brujitas se entusiasmaron ¡por fin alguien les entendía en la escuela! Por supuesto, casi todos se apuntaron a sus videojuegos favoritos y dejaron los estudios para entrenar durante semanas. Llegado el día de la inauguración de los juegos, el Estadio de los Grandes Hechizos estaba a rebosar.

- ¡Comenzaremos con el juego con más participantes apuntados: Angry Birds! ¡Venga, a lanzar pájaros!

Decenas de brujitos y brujitas gritaron de alegría, pero… allí no había ninguna pantalla, ni consola, ni smartphone. Justo cuando se preguntaban cómo jugarían, el mágico estadio se transformó.. ¡en un nivel del famoso juego! Un gran tirachinas en el centro, algunas construcciones, varios cerditos verdes y pájaros de colores volando por aquí y por allá. Todos los concursantes eran expertos en el juego y sabían que tenían que atrapar un pájaro, colocarlo en el tirachinas y lanzarlo para derribar las construcciones y aplastar a los cerditos. Pero una cosa era ser un experto en el juego, y otra cosa hacerlo de verdad: los pájaros, que sabían que serían espanzurrados contra las paredes, no se dejaban atrapar y, cuando eran lanzados desde el tirachinas, volaban hábilmente para esquivar las construcciones; los cerditos no paraban quietos, el enorme tirachinas apenas se podía apuntar, y las construcciones… bueno, digamos que caían tan fácilmente porque eran de cartón, así que daba igual lo fuerte que cayeran sobre los cerditos, porque no les hacían ni cosquillas.

El público pasó un rato divertidísimo viendo cómo los expertos jugadores se las veían con el videojuego. Finalmente, ganó una brujita cuyo pájaro perdió el pico de tanto reírse. El pico cayó desde lo alto y pinchó con fuerza en el trasero a un cerdo. El cerdo, que estaba contando un secreto a un compañero en la oreja, pegó tal grito que al compañero se le paró el corazón del susto. Y, si no se lo llegan a llevar corriendo a la enfermería, se les habría muerto allí mismo.

El resto de viedojuegos no salieron mejor. Los de fútbol y otros deportes demostraron que muchos capaces de rematar con una espectacular chilena tocando un botón eran incapaces de rematar un balón… ¡100 veces más grande que un botón! Lo único que consiguieron fue llenarse la espalda de moratones, de los golpes que se dieron intentándolo. Hasta los de ametralladoras y disparos tuvieron que ser suspendidos nada más repartir las armas, después de que un brujito apretara el gatillo y la fuerza del arma le hiciera dar vueltas como una peonza sin poder dejar de disparar… Por suerte, un muro antibalas de emergencia pudo salvar la vida de los espectadores, pero los pies de algunos concursantes acabaron con más agujeros que un queso francés

Así, la mayoría de los participante en las olimpiadas de videojuegos sintió tanta vergüenza de no haber sabido hacer nada, que cuando terminaron tenían claro que dominar un juego no era lo mismo que saber hacer algo real, y aceptaron sin protestar sus malísimas notas de aquel curso. Eso sí, al año siguiente volvieron a prestar atención a sus clases y enseñanzas, y ya no gastaban horas y horas frente a los videojuegos para ser los mejores en nada, sino que los utilizaban únicamente para entretenerse un rato.

Y ¿adivinas? así descubrieron que disfrutaban mucho más.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Byte, un robot diferente


Byte (se pronuncia “bait”) era un robot que vivía en un planeta llamado Renegón. Todos los robots de ese planeta, eran muy renegones e impulsivos (no se sabían controlar). Frecuentemente se herían verbalmente entre ellos pero ya estaban acostumbrados, así que si un robot le gritaba a uno, el otro le respondía más fuerte y así, empiezan a discutir.
Byte era un robot pequeño al cual le afectaba mucho lo que veía en los adultos pues él recién empezaba a vivir y aunque sus amigos le decían que ya se iba a acostumbrar, Byte no quería ser así pues pensaba que estaba mal y quería cambiar las cosas. Es así que empezó a pensar y pensar para ver cómo podía resolver el problema. Byte se esforzaba en los estudios y era muy aplicado en la escuela, así que eso le ayudó a idear una forma de cambiar a todos los robots de Renegón.
Tuvo la iniciativa de adicionar dos botones a la estructura de su cuerpo. El de la derecha le servía para pensar lo que iba a decir antes de hablar (era un botón para hacer una “pausa” antes de reaccionar impulsivamente) y el de la izquierda le servía para hablar cuando estaba listo para hacerlo. Todos los robots del planeta renegón, vieron que Byte era un robot distinto a ellos y lo admiraron porque vieron que siendo tan pequeño, tuvo la iniciativa de cambiar las cosas y crear un mundo mejor. Al poco tiempo, muchos robots estaban añadiéndose los dos botones que Byte había inventado y ahora muchos hacían una pequeña pausa antes de reaccionar diciendo algo de lo que después puedan arrepentirse. El planeta Renegón, aunque siguió llamándose así, ahora estaba habitado por robots que no perdían la paciencia y que eran serenos.
Autor: Paty Cuentacuentos

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El jardín de las estatuas


Hace mucho tiempo, existía un lugar mágico que guardaba grandes maravillas y tesoros del mundo. No era un lugar oculto, ni escondido, y cualquiera podía tratar de acceder y disfrutar sus delicias. Bastaba cumplir un requisito: ser una buena persona. Ni siquiera heroica o extraordinaria: sólo buena persona.
Allá fueron a buscar fortuna Alí y Benaisa, dos jóvenes amigos. Alí fue el primero en probar suerte, pues cada persona debía afrontar sus pruebas en solitario. Pronto se encontró en medio de un bello jardín, adornado por cientos de estatuas tan reales, que daba la sensación de que en cualquier momento podrían echar a andar. O a llorar, pues su gesto era más bien triste y melancólico. Pero Alí no quiso distraerse de su objetivo, y conteniendo sus ganas de seguir junto a las estatuas, siguió caminando hasta llegar a la entrada de un gran bosque. Esta estaba custodiada por dos estatuas de piedra gris muy distintas de las demás: una tenía el gesto enfadado, y la otra claramente alegre. Junto a la entrada se podía leer una inscripción: “La bondad de tu carácter deberás a las piedras contar”.
Así que Alí se estiró, aclaró la garganta y dijo en alta voz:
- Soy Alí. Una buena persona. A nadie he hecho ningún mal y nadie tiene queja de mí.
Tras un silencio eterno, la estatua de gesto alegre comenzó a cobrar vida, y bajándose de su pedestal, dijo amablemente:
- Excelente, tu bondad es perfecta para este sitio. Está lleno de estatuas como tú: ¡a nadie hacen mal, y nadie tiene queja de ellas!
Y en el mismo instante, Alí sintió cómo todo su cuerpo se paralizaba completamente. Ni siquiera los ojos podía mover. Pero seguía viendo, oyendo y sintiendo. Lo justo para comprender que se había convertido en una más de las estatuas que adornaban el jardín.
Poco después era Benaisa quien disfrutaba de las maravillas del jardín. Pero al contrario que a su amigo, la visión de aquellas estatuas, y sus ojos tristes e inmóviles, le conmovieron hasta el punto de acercarse a tocarlas una por una, acariciándolas, con la secreta esperanza de que estuvieras vivas. Al tocarlas, sintió el calor de la vida, y ya no pudo apartar de su cabeza la idea de que todas seguían vivas, presas de alguna horrible maldición. Se preguntaba por sus vidas, y por cómo habrían acabado allí, y corrió varias veces a la fuente para llevar un poco de agua con la que mojar sus labios. Y entonces vio a Alí, tan inmóvil y triste como los demás. Benaisa, olvidando para qué había ido allí, hizo cuanto pudo por liberar a su amigo, y a muchos otros, sin ningún éxito. Finalmente, vencido por el desánimo, se acercó a las estatuas que custodiaban la entrada al gran bosque. Leyó la inscripción, pero sin hacer caso de la misma, habló en voz alta:
- Otro día defenderé mis buenas obras. Pero hoy tengo un amigo atrapado por una maldición, y muchas otras personas junto a él, y quisiera pedir su ayuda para salvarlos...
Cuando terminó, la estatua de gesto enfadado cobró vida entre gruñidos y quejas. Y sin perder su aire enojado, dijo:
- ¡Qué mala suerte! Aquí tenemos alguien que no es una estatua. Habrá que dejarle pasar...¡y encima se llevará una de nuestras estatuas! ¿Cuál eliges?
Benaisa dirigió entonces la vista hacia su amigo, que al momento recuperó el movimiento y corrió a abrazarse con él. Mientras, los árboles del bosque se abrían para dejar ver un mundo de maravillas y felicidad.
Cuando un feliz Benaisa se disponía a cruzar la puerta, el propio Alí lo detuvo. Y echando la vista atrás, hacia todas las demás estatuas, Alí dijo decidió:
-Espera, Benaisa. No volveré a comportarme como una estatua nunca más. Hagamos algo por estas personas.
Y así, los dos amigos terminaron encontrando la forma de liberar de su encierro en vida a todas las estatuas del jardín, de las que surgieron cientos de personas ilusionadas por tener una segunda oportunidad para demostrar que nunca más serían como estatuas, y que en adelante dejarían de no hacer mal ni tener enemigos, para hacer mucho bien y saber rodearse de amigos.
Autor: Pedro Pablo Sacristán

lunes, 16 de noviembre de 2015

Bienvenidos


Sean todos bienvenidos a este espacio para compartir.

Hoy comenzamos un nuevo periodo, a partir de este momento todos participaremos activamente en este blog, diariamente serán publicados dos escritos (elaborados cada día por diferentes compañeros) que todos leerán y tras redactar un breve reporte en su libreta de escritura los comentaremos en clase.

¡Vamos a documentar de manera divertida todo lo que hacemos en el salón de clases! pero de una forma diferente.Tenemos también administradores, y ellos van a platicarnos el diario acontecer en nuestro salón así como las diversas cosas que les gusta y compartirnos juegos, videos y mucho más durante el fin de semana.

Espero sea de su agrado este trabajo y todos se animen a participar.